Nuestras valoraciones revelan quienes somos
"En última instancia, lo que amamos es nuestro deseo, no lo deseado" - Friedrich Nietzsche
Nada me inspira más que el éxito ajeno. Nada
me dan más ganas de levantarme y salir a conseguir lo mío, que ver que otro lo está
logrando. Me muestra que puedo lograrlo. Lejos de sentir la envidia que
corrompe a los espíritus más débiles y precoces, en mi se levanta la grandeza propia.
En ellos, veo un reflejo de mí.
Ver la vida de Rockefeller, de Rand, de
Musk, de Bezos, de Churchill, ver como sus pasos se fueron cementando a poco,
es, no solo un placer, pero grandes lecciones de vida.
El tema con los grandes personajes, es que
uno ve su éxito cuando ya están la cima, los conoce cuando están en una
posición de ser vistos. Pero hoy, las cosas están cambiando. Cualquiera que empieza
una cuenta de Instagram, o un canal de Youtube, por ejemplo, con el tiempo ira
mejorando y creciendo. Y uno puede ver el proceso. Uno puede ver el detrás de cámara.
Uno puede ver como sus likes aumentan, como sus vistas van creciendo, cómo sus
lectores son cada vez más. Eso es grandioso.
Por supuesto, hay éxitos y éxitos.
Unos, toman atajos. Apps, bots y demás
aplicaciones que facilitan y aselaran la llegada a determinado público. Otros,
que entienden que no sirve de nada en el largo plazo y están más enfocados en
crecer, que en parecer que crecen, desechan estas cosas. Desechan y miran con
ojos recelosos de quien anda por esos caminos.
El hecho de querer valerse por trucos y de
forma perceptual no es mejorarse.
La fortaleza en apariencia, no es una fortaleza
alguna.
Crecer ocurre en el fondo y con tiempo. En
el fondo, porque ocurre cuando nadie está mirando, en esos momentos que estas
solo y te replanteas y cuestionas lo que haces. Con el tiempo porque solo unos
pocos están dispuestos a recorrer sus distancias. Muchos abandonan por
cansancio más que por inutilidad. Es por eso que quien llega tiene las piernas
fortalecidas y uno puede ver una clase de mirada diferente de la de aquellos
que otros que suben con ascensor u hombros de terceros.
Muchos están en la cima, pocos están en
ella asentados sobre sus dos pies, parados y mirando aquél horizonte que presenta
oportunidades infinitas de conquistar.
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