Look at you, you are fucking pathetic!

11:53 inevitable 0 Comments




“El temor, que siempre magnifica las cosas, da cuerpo a todas las fantasías, que toman la forma de lo que crean que existe en los pensamiento del enemigo; es así como la persona temerosa raras veces deja de enfrentar problemas reales, ocasionados por peligros imaginarios…Y el duque, cuyo carácter abundaba siempre en miedo y desconfianza, era de todos los hombres que he conocido, el más proclive a caer en pasos falsos, por el mismo temor que tenía de caer en ellos”. –Cardenal de Retz, 1613-1679

Tendría que estar estudiando... En un par días tengo que dar una exposición y en una semana el segundo parcial de una materia. No tengo ganas. Lo peor: es sobre un tema que aborrezco. Mientras lo leo siento un dolor de cabeza increíble y que mis ojos se salen de su órbita, como si yo fuera Glenn y Negan me estuviera rompiendo la cabeza con su bate (solo los fans de The Walking Dead entenderán).

Y en vez de eso, acá estoy, escribiendo esto. Tantas cosas “importantes” para hacer, y yo escribiendo en Word. Ojalá pudiera sentarme a estudiar. Después de quedarme 20 minutos leyendo la misma pagina, acepte que no podía. Se que tengo qué, pero no puedo. Así que me puse a dar vueltas por la casa y hasta maté una mosca, todo con total de no estudiar. Según lo planeado no tendría que estar escribiendo hasta dentro de tres horas pero la inspiración muchas veces es así. Más caprichosa que una Kardashian. Surge cuando estas a punto de dormirte, cuando estas en plena ducha, cuando tenés que estar estudiando y la recibirás y dirás, “esta bien, termino esto y le presto atención” y lo que ocurre es que terminás lo que estas haciendo y ya no recordás qué era lo que había llamado tu atención. Y si lo recordás, te das cuenta que ya no tiene el impulso que tenia.

Constantemente me digo, la acción le precede a la emoción. Si esperás a estar de ánimo para ponerte a hacer lo que querés hacer, no vas a comenzar nunca.

Y usualmente es así.

Pero otras veces no.

Ahora mismo, mientras escribo esto siento que el dolor de cabeza pasa. Cuando termine esto seguro podré sentarme a estudiar más detenidamente. O quizás no, y no vuelva a tocar los apuntes hasta mañana o pasado mañana. De cualquier modo, ¿Qué es lo peor que puede pasarte?

“Solo puede arruinar tu vida, si arruina tu carácter” dijo Marco Aurelio. Y míranos a nosotros, estresados porque no podemos sentarnos a estudiar una materia y temiendo las consecuencias de lo que pasará si desaprobamos. ¿Qué pasará? ¿A qué le tenés tanto miedo? ¿Vas a ir a la cárcel? ¿Vas a ser pobre? 

Nota a mi mismo: es más fácil decirlo que hacerlo. 

Puedo decirme las 24 horas del día que nada malo pasará, que no me convertirá en un peor hombre, pero igual me sentiré ansioso. Una ansiedad que nace de querer cumplir expectativas quizás. Mías, de familiares, de la sociedad, no sé. Pero seguramente no de mi gata, quien en este momento está haciendo…cosas de gatos. Mirando por la ventana. Maullando. Sentada. Respirando. Lamiéndose ¿Le importa algo? Atrapar algún que otro pájaro, seguro. No esta pensando en nada concreto. Solo es. Para eso está. Para cumplir el rol de una gata. Sin expectativas, sin pensar en consecuencias que no la afectaran.

Menos mal que deje de estudiar, se me paso el dolor de cabeza. A veces lo que necesitamos es eso. Mente en blanco. Seguir instintos. Y lo que sea que ocurra después, recibirlo con los brazos abiertos. Porque es lo que necesitamos. Aunque en el momento no lo veamos.


Queremos sentir que controlamos la situación. Que todo ocurre seguir lo planeado, el hecho de soltar las manos del volante y dejar que el auto vaya a donde se le cante ir, nos aterra. Pero entendé esto, así no es como funciona. Tu control es mínimo. Es como la escena de "El club de la pelea", donde Brad Pitt, personalizando a Tyler Durden, suelta el volante del auto y le grita a Edward Norton que “deje de tratar de controlar todo, que aprenda a soltar y dejar ir”.

¿Somos capaces de hacerlo?

Esto no quiere decir que ya no hagas nada, que te no persigas objetivos, que te quedes parado mientras el mundo sigue girando. Pero no te vuelvas miserable en el camino a conseguirlo. Como dijo Bertrand Russell:

"Uno de los síntomas de que estas por tener un colapso nervioso es creer que tu trabajo es terriblemente importante".


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La diferencia que marca a los campeones

20:11 inevitable 1 Comments




Mirando unas fotos en Instagram me cruce con una imagen que decía “Elegí una”, la foto tenía una mano ofreciendo un par de pastillas y todo el resto de la foto llena de diferentes clases de pastillas.

No, no eran drogas (aunque lo parecían).

Debajo de cada una, estaba escrito la “habilidad” de diferentes jugadores de la NBA que te daría si la tomabas. La precisión de pases de Chris Paul, el atletismo de LeBron James, la capacidad defensiva de Kawhi Leonard, la velocidad de John Wall, el tiro de Steph Curry, jugar como Michael Jordan en su mejor época por 30 días, etc. Las habilidades eran bastantes y todas muuuy tentadoras. Imagínate tomar una, y de repente jugar como ese jugador y hacer sus jugadas. Podrías alcanzar todos lo que consiguió y mas.

Y la sección de comentarios estaba llena. Unos elegían la capacidad de volcarla, otros el tiro, otros el atletismo. Y me puse a pensar, ¿yo cual elegiría?



Mire las opciones y la respuesta fue evidente. Había una pastilla que te daría todas las otras, pero al no ser algo tan visible, había pasado inadvertido por muchos de los que comentaron. Había una pastilla, irónicamente en el centro, de color rosa y abajo decía.

Mamba’s mentality

Para los que no sepan, Mamba es el sobrenombre del ex jugador de Los Angeles Lakers, Kobe Bryant (Black Mamba, si queremos ser detallistas), ganador de 5 campeonatos de la NBA (2000, 2001, 2002, 2009, 2010) y 2 veces medallista olímpico con el equipo de Estados Unidos (2008, 2012).

En una de sus charlas que da como jugador retirado, Kobe, definió la mentalidad de la Mamba como “la constante capacidad de ser la mejor versión que podemos llegar a ser”, “la constante búsqueda de ser mejor hoy de lo que fuimos ayer”.

Kobe es conocido por no achicarse en los momentos grandes, por ser el jugador que siempre tiraba el ultimo tiro ganador…y encestarlo, incluso a veces rodeado por 3 jugadores que lo defendían. Muchas veces se lo critico por lo que parecía ser, la actuación de un egoísmo personal de ser el héroe, por sobre la gloria del equipo (incluso yo le hecho) pero esto es un error. Era la confianza de saber que el había practicado lo suficiente para encestarlo. El conocimiento de que el era el indicado para tirarlo. El único capaz de hacerlo y darle la victoria a su equipo.

Durante toda su carrera, hizo aquella que predicaba.

El 12 de abril de 2013, los Lakers jugaban un partido contra los Warriors. El partido estaba parejo. A principio del tercer cuarto, Kobe se lesiono la rodilla, era una herida leve, así que se levanto y siguió jugando. A mitad del mismo cuarto, solo 4 minutos después, volvió a lesionarse, esta vez el talón. Se levanto y siguió jugando. Ya en el ultimo cuarto, faltando 5 minutos y perdiendo 107 a 101, Bryant se eleva por sobre su defensor y anota un triple. Con el marcador, 107 a 104, y la pelota en posesión de los Lakers, Kobe vuelve a encestar otro triple, esta vez, igualando el marcador en 107. Los Warriors anotan un doble en la siguiente jugada pasando al frente y con 3 minutos de juego, la pelota pasa estar en manos de la Mamba.

En este momento todo cambia. Un mal paso y el jugador de los Lakers, sufre la peor lesión de su carrera. Se había roto el tendón de Aquiles. Según la leyenda, al atravesar la flecha de Paris a Aquiles, este murió. No paso así con la Mamba. El tenía 2 tiros libres que tirar. Iban perdiendo por 2. No podía sentarse en el banco. No ahora. El entrenador pidió tiempo muerto y el volvió a la cancha a terminar su tarea. A tirar los libres.

Encestó ambos.

Luego los Lakers hacen falta intencional y Kobe fue reemplazado. Mientras se retiraba al vestuario, todo el publico color oro y purpura estaba de pie, aplaudiéndolo. ¿Qué más podían pedir? Este fue su último partido de la temporada.

Horas después, publica su descarga en su perfil de Facebook:

 "Todo el entrenamiento y sacrificio se ha marchado por la ventana por culpa de un paso que he hecho millones de veces. La frustración es insoportable. El enfado se ha convertido en ira. ¿Por qué demonios ha sucedido esto? No tiene un maldito sentido. ¿Se supone que me recuperaré de esto y volveré a ser el mismo jugador con 35 años? ¿Cómo se supone que voy a conseguirlo? No tengo ni una sola pista. ¿Tendré una voluntad consistente para superarlo? Quizás debería dejarlo y recordar la carrera que fue. Quizás es así como termina mi libro", "¡Quizás el padre tiempo me haya vencido... o quizás no!".

"Un día comenzará un nuevo viaje, pero hoy no es el día. 'Si me ves pelear con un oso, reza por el oso'. Siempre me gustó esa frase. Esa es la mentalidad 'mamba': no abandonamos, no nos achicamos, no corremos. Resistimos y conquistamos".

Y no abandonó, no se achicó, no corrió.

Resistió y conquistó.

Volvió a las canchas. Compitió. Hizo lo posible con el equipo que tenía. A la edad de 36 años, seguía teniendo partidos de más de 30 puntos.

Y esto nos lleva de vuelta a las pastillas. Kobe no tenía el mejor físico. Ni la mejor defensa. Tampoco era el más rápido. Ni el más ágil. No tenía el salto más alto de todo. Pero competía. No se retiraba. Practicaba tiros al aro durante horas. Su ética de trabajo era inquebrantable. Y los resultados se veían.

Había otros más altos, pero cuando ellos se distraían y no saltaban a agarrar el rebote. El sacaba fuerzas y lograba llegar más alto. Había otros mas rápidos, pero cuando ellos se agotaban de correr una pelota suelta, el resistía un poco más y lograba llegar antes.

Quizás seas bueno en algo, tengas algún don natural de nacimiento que te haga sobresalir. No importa. Tenes que obsesionarte con tu tarea. Practicar horas y horas y horas y horas. Los Beatles eran mediocres cuando llegaron a Alemania, sin embargo, en el Indra pub, el grupo se vio forzado a tocar 7 horas seguidas cada día, durante dos años. ¿Qué otra banda de esa época tocaba tanto? Quizás hubiera otras bandas mejoras, pero los Beatles los superaron en practica.

Volviendo a Kobe.

Su última temporada estaba destruido. Tenía el cuerpo hecho mierda. Desde su vuelta, todas sus temporadas habían estado plagadas de lesiones. El sabía que era momento de retirarse. Seguramente no era la decisión que el más quería, pero sabía que debía hacerlo. Como escribió en su carta de retiro, con la cual dio a conocer su decisión, "Mi corazón puede aguantar los golpes, mi mente puede sostener la batalla pero mi cuerpo sabe que es tiempo de decir adiós. Y está bien. Estoy preparado para dejarte ir”.


Su último partido fue el 13 de Abril del 2016. 


Cuántos puntos hizo? 60.

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Razones

22:29 inevitable 3 Comments



No.

Yo tampoco me esperaba esto.

O quizás, si.

Quizás en el fondo era todo lo que buscaba.

Veremos.

La cuestión es, por qué?

Siendo honesto estaba medio asustado por empezar un blog. Quizás esa sea una de las razones. Había llegado a un punto en que las descripciones de imágenes de Instagram ya no me alcanzaban. Necesitaba más espacio, sobretodo en temas complejos, en los cuales, muchas veces quería agregar cosas para aclarar conceptos y el espacio limitado no me dejaba.

Otra razón, puede ser que necesito práctica. Realmente no sé si alguien me leerá, no sé el alcance de mi audiencia. Hace poco leí un post de Steven Pressfield, en el que se preguntaba, por qué escribe. En ese post, se pregunta si podrías ser un gran escritor, a pesar de que nadie te leyera. Valdría la pena pasar tantas horas dedicadas a una tarea creativa y de mera recreación en la que nadie te reconoce el esfuerzo? En la que nadie ni siquiera supiera que existe?

Y ese es probablemente uno de los destinos de este blog. Escribiré y es muy probable que nadie me lea. Soy nuevo en esto, qué carajo hago escribiendo?

Pero a pesar de eso, tomo esto como un aprendizaje.

No busco ser leído por millones de personas. Quizás pase, quizás no. No es mi objetivo.
No busco ganar plata con esto. Quizás pase, quizás no. No es mi objetivo.

Entonces, por qué?

Bueno, me gustaría mejorar mi escritura y la única forma de hacerlo es escribir, escribir y escribir. Si en el camino encuentro algo de feedback de otras personas, mejor. Podría escribir cosas personales en mis propios cuadernos pero quiero exponerme. Ser juzgado. Criticado. Si solo escribo para mi, no veré cuando mis cosas son buenas y cuando no. Quiero mejorar.

Quiero enfrentar mis miedos. Muchas veces al subir una imagen a Instagram pensaba:

“Esta es la mejor, debo aprovecharla, publicarla a la hora correcta y sacarle todo el jugo posible. Qué pasa si esta gran foto no es reconocida? Dudo hacer otra igual”.

Tenía miedo al futuro. A no poder volver alcanzar lo que había alcanzado. Cuando conseguís algo de éxito, queremos aferrarnos a él. Cerrarnos. Qué pasa si la próxima vez fallo y esa imagen de mi, como alguien capaz y habilidoso, se cae? Si vuelvo a fallar, sabré que siempre he sido un fracaso. Cerrarnos es lo peor que podemos hacer. Dejamos de avanzar.

En el libro Born Rich, Bob Proctor, explica “que nos aferramos a las viejas ideas y cosas, porque carecemos de fe en nuestra habilidad de obtener nuevas ideas y nuevas cosas. Esto lleva a una condición de inseguridad, que nace de nuestra propia ignorancia de quién y qué somos”.

Dado que quiero aumentar mi disciplina respecto a mi escritura, me pongo como objetivo escribir un nuevo post por lo menos una vez a la semana.

Soy una persona orgullosa. Al ponerlo por escrito, ya no hay marcha atrás.

En los próximos días iré investigando más sobre esto de blogspot y cómo puedo mejorarlo y entenderlo un poco más.

Si ven alguna clase de error, tanto en la interfaz, como en la escritura, no duden en hacérmelo saber. Realmente quiero sus opiniones.

Y como decía Luís XIV:

Ya veré”.

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