Acerca de desear que algo no suceda

20:05 inevitable 0 Comments



El otro día estaba con unos familiares en un almuerzo y uno de los temas de los que se hablaba, era cómo la droga se metía en cada país, en cada organización y la destruía lentamente. Y que la solución para evitar eso, era no permitir que entrara. Cerrarle la puerta a aquellas cosas indeseadas. Más allá de que asentí con la cabeza dando mi aprobación, no estaba de acuerdo.

¿Por qué pedir que algo no ocurra? ¿Por qué no desear tener la capacidad de afrontar dicho problema y ser capaz de resistir, de no caer?

“O nada pueden los dioses o tienen poder. Si efectivamente no tienen poder, ¿por qué suplicas? Y si lo tienen, ¿por qué no les pides precisamente que te concedan el no temer nada de eso, ni desear nada de eso, ni afligirte por ninguna de esas cosas, antes que pedirle que no sobrevenga o sobrevenga alguna de esas cosas?”. –Marco Aurelio

¿Por qué en vez de pedir que la droga no exista, no pensar en cómo caemos a consumirla, en cómo seria posible tenerla en frente de nosotros y no solo resistir, sino también superarla y crecer?

Porque ése es el camino más fácil menos doloroso.

Pero, ¿es útil?

Como humanos tendemos a huir del dolor y acercarnos al placer, cualquiera sea aquella actividad que nos provea lo que nosotros consideremos placer y dolor.

Vemos un problema y corremos. Deseamos que no exista. Y podemos convencernos de que no existe. Pero eso no cambia el hecho de que sea real. Eso no cambia el hecho de que debemos afrontarlo y superarlo. De esa única forma, crecemos.

Para resolver cualquier tipo de problema se necesita disciplina. La parte difícil es que el hecho de resolverlos es agotador, evoca frustración, miedo, enojo, ansiedad, dolor. Si caemos frente a la adversidad nuestra disciplina se rompe. Nos sentimos culpables, débiles. Nuestro ego sufre, ¿Cómo puede ser que no seamos capaces de alcanzar lo que nos propusimos? Mejor no aspiremos a nada, así no nos decepcionamos.

Me acuerdo que cuando era chico le tenía miedo a los perros. Los escuchaba ladrar y los huevos me subían a la garganta. ¿Para qué existen los perros?, me preguntaba eso siempre que me cruzaba alguno. No piensan, no hablan, no hacen nada, ¿De que sirven?

Un día, calcule mal el tiempo y salí apurado de casa para ir al colegio. Me encontré con que estaba llegando tarde. Iba caminando lo más tranquilo cuando de repente vi que en adelante mío, había algo así como cinco perros recostados en la vereda. Algunos dormían, otros solo estaban ahí, haciendo cosas de perros, viendo a la gente pasar, lamiéndose las pelotas. Pensé en cruzar la calle pero vi que venia una larga fila de autos y si me quedaba esperando que pasaran todos, llegaría aun más tarde al colegio. Decidí seguir caminando. “Están durmiendo, no te van a hacer nada”. Pase entre ellos. Mis palpitaciones habrán aumentado a 600 por minuto, pero seguí caminando. Transpire mas en esos 3 metros que en los 700 que había caminado. Parecían leones, yo era su presa. Al final, llegue un poco tarde al colegio, pero seguía vivo. No había pasado nada. No voy a decir que desde día ya no le tengo miedo a los perros, pero el 87% de ese miedo ya había desaparecido. Después me animé a acariciarlos y ahora hasta me gustaría tener uno.

Los problemas suponen un desafió. Un desafió nos hace crecer dado que nos fuerzan a adaptarnos. A cambiar. A desarrollar habilidades que nos poseemos. Si algo nos impide avanzar pero podemos sobreponernos con las habilidades que actualmente poseemos, no es un problema en absoluto. No es un desafió. No supone ningún crecimiento. No requiere esfuerzo.

No duele, pero no ayuda.

Cuando recién estas aprendiendo a tocar la guitarra, al principio tus dedos duelen demasiado. Llega un punto en que es insoportable hacer algunos acordes, incluso los más fáciles. Aun así, con tiempo, te salen algunos callos, los cuales te ayudan a formar mejor acordes y además, ya no sentís dolor alguno. Te ayudan a tocar mejor, a que le puedas dedicar más tiempo a la práctica.

A partir de un dolor cambiaste.

Te adaptaste.

Creciste.

Mejoraste.

La pregunta ahora es, ¿estás dispuesto a recibir el dolor?


0 comentarios:

5 cosas que podés aprender de la elección de Trump para vivir una vida mejor, en un mundo mejor (si es que realmente te interesa el mundo)

10:56 inevitable 0 Comments



“Un amigo me preguntaba porque no construíamos ahora catedrales como las góticas famosas, y le dije: “los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones, nosotros, los modernos no tenemos mas que opiniones y para elevar una catedral gótica se necesita algo mas que una opinión”. –Heinrich Heine

Marco Aurelio, estoico y último emperador de Roma de la edad de oro, decía que tenías que utilizar todo a tu favor. Incluso los obstáculos que parecen frenarte, como el fuego “cuando se apropia de los objetos que caen sobre el, bajo los que una pequeña llama se habría apagado. Pero un fuego resplandeciente, con gran rapidez se familiariza con lo que se le arroja encima y lo consume totalmente, levantándose a mayor altura con estos nuevos escombros”

Así que, Trump fue elegido presidente de los Estados Unidos de América.

No me interesa tu opinión sobre el tema. Quizás los que no lo votaron tengan razón y sea un desastre, quizás los que lo votaron tengan razón y sea lo mejor que le paso al mundo. De cualquier forma, no podes cambiarlo. Entonces, ¿Qué podes hacer? ¿Qué mejor que sacar lo mejor de esta situación? ¿Qué podes aprender de esto, que seguramente pasara como un hecho histórico, y por suerte para vos, lo estas viviendo?

“Por suerte”, si es que sabes aprovechar el oportunidad.

Así que, ¿Qué podes aprender? ¿Cómo podes hacer como dijo Marco Aurelio y usar a tu favor la situación actual?


1)  Practica la tolerancia


“La tolerancia con los ignorantes y con los que opinan sin reflexionar” –Marco Aurelio

Tengo mi opinión de las cosas, como el resto de las personas. Esta opinión se formo con las cosas que viví, los libros que leí, la gente que conocí, los padres que me criaron. Y también vos. Inevitablemente, algunas conexiones que haces entre estas cosas desembocan en tu opinión. El resto de la gente, al no haber pasado por lo que pasaste, le resulta difícil entenderla. O fácil, si vienen del mismo lugar, vivieron lo mismo, leyeron lo mismo, etc. ¿Ésto te hace superior en alguna medida? FUCK NO. Pero tenés una perspectiva que otra gente no será capaz de ver.

No porque no quieran. No pueden. No es su culpa.

Además, los momentos en que tus opiniones son puestas a prueba son los únicos momentos en los que podes aprender y practicar la tolerancia. Es fácil ser tolerante cuando todos te dicen que si, ¿pero cuando te putean y escupen por pensar distinto? Ese es otro juego. El verdadero juego.

Dificultad: máxima.

¿Qué se requiere para pasar al siguiente nivel?

Humildad.

Dejar tu ego de lado.

Aceptar que podes estar equivocado y que eso no te hace una mala persona.

Aceptar que podes estar en lo correcto y que eso no te hace una buena persona.


2)  No creas todo lo que ves


“Los hombres creen gustosamente aquello que se acomoda a sus deseos” –Julio Cesar

Algunos títulos de periódicos antes de las elecciones:

-Clinton lidera la intención de voto en EE.UU. –telesur TV

-Clinton amplia a tres puntos su ventaja en las encuestas frente a Trump. –El País

-Hillary Clinton lidera las encuestas tras el debate con Donald Trump. –Los Andes

Y hay muchas más.

El tema es este: la realidad hoy por hoy, es la que ves por Internet. Si no estuvo en Internet, no existió (¿no tenés un perfil de Facebook? Deberías, de nada sirve tu certificado de nacimiento), y esta verdad, es fácilmente manipulable o interpretada erróneamente, incluso cuando las intenciones sean loas mejores.

Una coma que no hay, interpretación de palabras fuera de contexto, todas esas cosas pueden llegar a convertir hasta al Papa Francisco en la reencarnación del Diablo.

En la campaña, Trump dijo que no quería ilegales en su país. ILEGALES. Porque muchos de ellos vendían drogas, eran violadores y cosas malas y además estos ilegales, recibían cuidados médicos más rápidamente que los veteranos de guerra (no se hasta que punto esto es verdad o no y hasta se puede debatir si lo que propone es la mejor forma de hacerlo, pero eso es lo que dijo)

¿Qué puso la prensa?

“Trump en contra de los latinos”. “Xenófobo”. “Racista”. No estoy diciendo que todo es culpa de la prensa, es probable que Trump tendría que haber sido más políticamente correcto y no decir lo que pensaba, ¿no? Porque estamos acostumbrados a que los políticos muestren una cara que no es. ¿Qué pasa cuando nos enfrentamos con la verdad cruda, sin maquillajes?

Mmmm, duele.

Sobretodo en esta época en la que si decís que un travesti no es una mujer o que los hombres tienen mas fuerza que las mujeres, te convertís en una clase de aristócrata machista del KKK que solo piensa en la supremacía de la raza blanca.

Lo que nos lleva al siguiente punto.


3)  Hace tu propia investigación


“La vida es el arte de sacar conclusiones suficientes a partir de datos insuficientes”. –Samuel Butler

A inicios del 2016 leí uno de los libros de Trump, “The art of the deal” escrito en los ‘80, en él, Donald contaba cuales habían sido sus mas grandes tratos inmobiliarios que había hecho y cómo los había hecho. A través de esta clase de biografía, como en todas las biografías, podías ver que clase de persona era. Sus características. Como enfrentaba los problemas. ¿Sabias que en el ’87 Trump reconstruyó la pista de patinaje sobre hielo llamada Wollman rink en Nueva York? Esta pista, hacia 6 años que no estaba terminada y la ciudad ya había gastado 12 millones de dólares.

¿En cuánto la hizo Trump? En 2.250.00 dólares. Su presupuesto había sido de 3 millones de dólares. Y lo que había tardado 6 años, el lo reconstruyó en 4 meses.

Tremendo record.

Y como éste, tiene muchos más.

Me pregunto cuantos otros políticos han hecho semejante trato, ahorrando millones y millones de dólares.

¿Sabias que el tal xenófobo en una época de crisis en la que llego a la bancarrota pudo sobreponerse y volver a construir su imperio?


4) Deja de quejarte


“¡Cuanto tiempo libre gana el que no mira que hizo o dijo el vecino!”. –Marco Aurelio

Creo que fue inmediato.

Me desperté y en mi celular ví una notificación de que Trump había ganado. OK, me dije. Me levanté y seguí con mi día como lo tenia planeado la noche anterior. Nada había cambiado. Mi casa no se había incendiado. No se había iniciado ninguna 3ra guerra mundial.

Pero al entrar a Instagram…Ufff.

Estaba lleno de esta gente indignada con lo sucedido. Triste. Enojada. Con miedo. ¿Y qué hace la gente cuando siente algo? Tiene que compartirlo en sus redes sociales. Instagram, Facebook, Twitter. No solo eso, sino que los escritos eran de mil páginas y trataban de como lo que vendría serio el final de la civilización occidental. Un dolor de huevos. Las mismas cuentas que se sacaban 300 fotos buscando su mejor ángulo, en el cual se veían mejor sus músculos o tetas, ahora sabían exactamente lo que ocurriría en los próximos meses.

Tiene toda la lógica.

¿No?

Y podrías decirme, “¡¡vivo en una sociedad libre, tengo derecho a opinar!!”, si, es verdad, pero que tengas el derecho no quiere decir que tengas la obligación hacerlo. Porque, ¿sabes que? A nadie le interesa tu opinión. A nadie le importa. Y la única razón de que no se la meten en el culo es porque no les entra el celular en él, pero sino, créeme que lo harían.

Sé lo que estas pensando, “entonces vos, ¿por qué escribís?” y la respuesta es sencilla, no estoy dando mi opinión. Estoy dándote consejos de cómo podes aprovechar lo que acaba de ocurrir en tu favor. Son tuyos para que los tomes o no. Esa parte del trato no me concierne.

Imaginá el tiempo que podría haber ganado esa gente en hacer algo realmente productivo, en hacer algo que les guste, que les despeje la mente, que los mejore como persona. En cambio, arrastrados por su ambiente, lloran, patalean, hacen berrinches. Mientras, el mundo sigue.

Aclaración: Esta es la misma gente que después se quejan de que no tienen tiempo.


5) El ambiente no determina tu situación


“La convicción profunda de un hombre le substrae a los ataques del ridículo”. –John Suart Mill

Si bien no he tenido la oportunidad de ver muchas elecciones de presidentes debido a mi juventud, sé algo, el nivel de globalización nunca antes había sido tan alto. Cualquier fenómeno que ocurra en un rincón del mundo, llega a la otra punta del hemisferio en cuestión de horas. Y hoy por hoy, cualquiera con una cuenta en cualquier red puede opinar. ¿El resultado? En pocas horas estás más expuesto que cualquier otra persona en 20 años atrás.

Con Trump significó tener a todo el ambiente en su contra. Páginas llenas de memes burlándose de él. Gente opinando y puteándolo solo porque podían. Dudo que otro presidente haya recibido tanto odio en un año. Algo similar a lo que le ocurrió a Lebron James o Kevin Durant cuando abandonaron sus equipos en el 2010 y el 2016. Pero eso era un deporte. ¿Esto? La candidatura a uno de los países más grandes del mundo.

Todo el mundo en su contra.

Todo el mundo burlándose.

Todo el mundo odiándolo.

¿Qué hizo el?

Siguió firme. Puede gustarte o no, pero tenía sus convicciones. Los ojos del mundo lo juzgaban con cada cosa que hacéa o decía. Y el siguió. Y a vos te da miedo ir a hablarle a una chica en un boliche por miedo a lo que piensen tus amigos. Cuando uno ve la grandeza no puede hacer otra cosa más que admirarla, respetarla y aprender de ella, estés de acuerdo o no con lo que opina.

Es como si hubiera una clase de obligación de decir que Trump es un hijo de puta, loco, machista, egoísta y racista, porque si no opinas así, vos también pasas a ser un loco hijo de puta.

Por mi parte, no puede decir eso. No puedo decir eso aunque todos alrededor mío, gente que respeto y gente que quiero, lo digan.

Porque no lo creo. Es solo que no encontré pruebas para semejantes afirmaciones. La afirmación por parte de otras personas, no es prueba suficiente para mí. Y no debería serlo para nadie.

No estoy diciendo que tenga razón. No estoy diciendo que sepa con exactitud que Trump es lo mejor que le paso al mundo o no, no lo sé. Quizás tenga razón, quizás no la tenga. Pero antes de dar una opinión debo creer en ella. Y si no lo creo, no voy a decirlo. Sin importar cuantas personas me digan lo contrario.

Y otra cosa, no te lo tomes tan en serio.

Hoy hablan todos sobre las catastróficas consecuencias, en una semana no lo hará nadie. La vida sigue y vos también seguirás. Pero mientras pasan estos días, en vez de frustrarte, negando la realidad, puteando a los que no coinciden con vos. Serénate. Relájate.


“Caso de que no aproveches esta oportunidad para serenarte, pasará, y tu también pasarás y ya no habrá otra”. –Marco Aurelio

0 comentarios:

Esto podría salvarte la vida, o por lo menos, el día

9:32 inevitable 0 Comments





El otro día estaba leyendo El príncipe de Nicolás Maquiavelo, una versión que estaba anotada con los pensamientos de Napoleón Bonaparte, sus opiniones y planes para el futuro. Y en un capitulo llamado “Por qué, ocupado el reino de Darío por Alejandro, no se rebeló contra sus sucesores después de su muerte”, Napoleón había escrito más abajo:

“Digno de ser de atención para mi. Apenas puedo prometerme más que treinta años de reinado, y quisiera tener hijos idóneos para sucederme”

Y me puso a pensar.

Apenas más de treinta años.

¿Vale la pena?

¿Vale la pena todo el esfuerzo por solo un par de años?

Imagínate todos los problemas que debía tener Napoleón a su alrededor. Amigos que lo querían traicionar, guerras que debía ganar, gente que lo quería muerto, miles de estrategias por diseñar para que todo siguiera el curso que deseaba, miles de variables por estudiar. Dudo que muchos hombres más puedan dormir de noche con tanto caos a su alrededor.

Algunos nos ponemos nerviosos cada vez que debemos dar una presentación oral. Imagínate conquistar países vecinos. La conquista del poder, ¿para qué? ¿Qué esperas conseguir?

Y esto no solo lo sufre el empleado (hay como una especie de pseudo-creencia entre los emprendedores, de que son mejores que los empleados que trabajan 8 horas diarias, una clase de justificación que se dicen entre ellos para sentirse un poco mejor) sino también los emprendedores, que muchas veces se esfuerzan casi en demasía tratando de conseguir algo. “Viví como nadie quiere por un par de años, para vivir el resto de tu vida como nadie puede” pero, de vuelta, ¿vale la pena? ¿Vale la pena dejar de pasar tiempo con la familia por algo que podes hacer después y que solo te retrasará un par de días? ¿Vale la pena deteriorar tu salud solo para poder adelantar un poco tu trabajo? ¿Qué estás buscando? ¿Un mejor auto? ¿Una mejor casa? Y estos, ¿cuánto va a durar? ¿10, 20, 30 años?

Te reías de Napoleón pero estas siguiendo su locura.

Lo que realmente buscamos es la felicidad. Sentirnos bien. Y la felicidad está (odio este cliché, pero es cierto) en las pequeñas cosas que hacemos día a día. Los momentos que compartimos con otras personas. Esos chistes que contás con tus amigos. Esos almuerzos que disfrutás con tus familiares. Esos momentos en los que haces una introspección y respiras, sabiendo que durante el día puede que no vuelvas a tener esa clase de paz que sentís ahora.

“Caso de que no aproveches esta oportunidad para serenarte, pasará, y tu también pasarás, y ya no habrá otra” –Marco Aurelio

Y es que la felicidad no puede ser conseguida exteriormente.

No está en la ropa nueva que te compraste.

No está en los parciales que aprobás.

No está en los ascensos que conseguís.

Así que, lo que sea que estés haciendo tenes que saber por qué lo estas haciendo. No creyendo que una vez que alcances cierto objetivo, ganes cierta cantidad de plata o conquistes cierta cantidad de tierras (si fueras Bonaparte), vas a estar finalmente feliz.

Porque no lo estarás.

Hace algo porque te gusta hacerlo. Porque te gusta el hecho de sentarte y pensar. O salir y correr.

Si no sos feliz con el auto que tenes ahora, no vas a ser con una Lamborghini.

Repetí conmigo:

Si no sos felíz con las cosas que tenes ahora, ningún objetivo que alcances va a darte la felicidad que buscás. 

Así que ahora vas a comprarte un vestido nuevo o el último celular o las zapatillas que te harán correr más rápido que todos o el auto de tus sueños o vas a tener sexo apasionado con una conejita playboy, genial…y ¿después qué? Porque el vestido se va desgastar, el celular caer y romper (entre más nuevo sea, más fácil de que ocurra esto), las zapatillas se van ensuciar y despegar la suela, y pronto te aburrirás de tu auto y querrás uno nuevo, y créeme que después de que eyacules solo querrás dormir.

Y otro día vendrá.

Y el ciclo se repetirá.

Y todavía vas a sentir el vacío que deseabas llenar con algo externo.

La felicidad no depende de algo. Si lo fuera solo seria temporal. Y no solo eso, sino que dependería de algo que no podes controlar. Estarías a la deriva, sintiéndote bien o mal dependiendo de como se desarrollan las cosas.


Como una medusa. Sin cerebro. Sin huesos. Flotando por ahí.

0 comentarios: