Acerca de desear que algo no suceda
El otro día
estaba con unos familiares en un almuerzo y uno de los temas de los que se
hablaba, era cómo la droga se metía en cada país, en cada organización y la destruía
lentamente. Y que la solución para evitar eso, era no permitir que entrara.
Cerrarle la puerta a aquellas cosas indeseadas. Más allá de que asentí con la
cabeza dando mi aprobación, no estaba de acuerdo.
¿Por qué pedir
que algo no ocurra? ¿Por qué no desear tener la capacidad de afrontar dicho
problema y ser capaz de resistir, de no caer?
“O nada pueden
los dioses o tienen poder. Si efectivamente no tienen poder, ¿por qué suplicas?
Y si lo tienen, ¿por qué no les pides precisamente que te concedan el no temer
nada de eso, ni desear nada de eso, ni afligirte por ninguna de esas cosas, antes
que pedirle que no sobrevenga o sobrevenga alguna de esas cosas?”. –Marco Aurelio
¿Por qué en vez
de pedir que la droga no exista, no pensar en cómo caemos a consumirla, en cómo
seria posible tenerla en frente de nosotros y no solo resistir, sino también
superarla y crecer?
Porque ése es el
camino más fácil menos doloroso.
Pero, ¿es útil?
Como humanos
tendemos a huir del dolor y acercarnos al placer, cualquiera sea aquella
actividad que nos provea lo que nosotros consideremos placer y dolor.
Vemos un problema
y corremos. Deseamos que no exista. Y podemos convencernos de que no existe. Pero
eso no cambia el hecho de que sea real. Eso no cambia el hecho de que debemos
afrontarlo y superarlo. De esa única forma, crecemos.
Para resolver
cualquier tipo de problema se necesita disciplina. La parte difícil es que el
hecho de resolverlos es agotador, evoca frustración, miedo, enojo, ansiedad,
dolor. Si caemos frente a la adversidad nuestra disciplina se rompe. Nos
sentimos culpables, débiles. Nuestro ego sufre, ¿Cómo puede ser que no seamos
capaces de alcanzar lo que nos propusimos? Mejor no aspiremos a nada, así no
nos decepcionamos.
Me acuerdo que cuando
era chico le tenía miedo a los perros. Los escuchaba ladrar y los huevos me subían
a la garganta. ¿Para qué existen los perros?, me preguntaba eso siempre que me
cruzaba alguno. No piensan, no hablan, no hacen nada, ¿De que sirven?
Un día, calcule
mal el tiempo y salí apurado de casa para ir al colegio. Me encontré con que
estaba llegando tarde. Iba caminando lo más tranquilo cuando de repente vi que
en adelante mío, había algo así como cinco perros recostados en la vereda. Algunos
dormían, otros solo estaban ahí, haciendo cosas de perros, viendo a la gente
pasar, lamiéndose las pelotas. Pensé en cruzar la calle pero vi que venia una
larga fila de autos y si me quedaba esperando que pasaran todos, llegaría aun
más tarde al colegio. Decidí seguir caminando. “Están durmiendo, no te van a
hacer nada”. Pase entre ellos. Mis palpitaciones habrán aumentado a 600 por
minuto, pero seguí caminando. Transpire mas en esos 3 metros que en los 700 que
había caminado. Parecían leones, yo era su presa. Al final, llegue un poco
tarde al colegio, pero seguía vivo. No había pasado nada. No voy a decir que
desde día ya no le tengo miedo a los perros, pero el 87% de ese miedo ya había
desaparecido. Después me animé a acariciarlos y ahora hasta me gustaría tener
uno.
Los problemas
suponen un desafió. Un desafió nos hace crecer dado que nos fuerzan a
adaptarnos. A cambiar. A desarrollar habilidades que nos poseemos. Si algo nos
impide avanzar pero podemos sobreponernos con las habilidades que actualmente
poseemos, no es un problema en absoluto. No es un desafió. No supone ningún
crecimiento. No requiere esfuerzo.
No duele, pero no
ayuda.
Cuando recién
estas aprendiendo a tocar la guitarra, al principio tus dedos duelen demasiado.
Llega un punto en que es insoportable hacer algunos acordes, incluso los más
fáciles. Aun así, con tiempo, te salen algunos callos, los cuales te ayudan a
formar mejor acordes y además, ya no sentís dolor alguno. Te ayudan a tocar mejor,
a que le puedas dedicar más tiempo a la práctica.
A partir de un
dolor cambiaste.
Te adaptaste.
Creciste.
Mejoraste.
La pregunta ahora
es, ¿estás dispuesto a recibir el dolor?
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